En Puerto Rico, reconocemos la importancia y honramos la profesión farmacéutica, por eso entrevistamos a la Licenciada Idalia Bonilla, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Puerto Rico.
En la isla, según la licenciada, existen 3,500 farmacéuticos colegiados en la isla a los cuales se les reconoce su excelente labor en beneficio del país.
“Nuestros farmacéuticos colegiados desempeñan un papel fundamental en la salud pública, brindando atención cercana a nuestros pacientes, proporcionando educación y cuidado farmacéutico en diversas áreas. Tenemos colegas trabajando en farmacias comunitarias, industrias, hospitales, aseguradoras y en la docencia”, precisó.
Aunque estamos altamente regulados en la actualidad, con diferentes leyes que nos exigen controles adicionales, la figura de confianza del farmacéutico sigue siendo fundamental.
La licenciada Bonilla señaló que cada persona debe elegir a su farmacéutico de la misma manera que elige a otros profesionales y especialistas, “ya que cuidamos de manera integral el tratamiento que recibe el paciente, a veces incluso de generación en generación. Conocemos de primera mano su historial médico cuando se visita al mismo farmacéutico”.
En Puerto Rico, dentro del enfoque holístico de la salud, el farmacéutico juega un papel trascendental. Aunque la dinámica de su ejercicio ha cambiado un poco, el compromiso y la confianza que nos brindan los pacientes siguen intactos. Por eso, tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico, “nuestra profesión es reconocida como la más accesible”.
“Me siento muy feliz ejerciendo esta profesión y hemos demostrado nuestro compromiso con Puerto Rico a través de todas las emergencias que hemos enfrentado. Estamos de pie junto al país”, exaltó.
Los retos del farmacéutico en Puerto Rico
“Uno de los desafíos a los que nos enfrentamos es lograr que se reconozca al profesional farmacéutico como un proveedor de primera línea”.
Y es que los farmacéuticos brindan una amplia gama de servicios, pero no siempre son remunerados por ellos. Además, más allá de una cuestión económica, está la necesidad de ser reconocidos como autoridad prescriptiva.
En Estados Unidos, por ejemplo, los farmacéuticos pueden recomendar muchos medicamentos. En la isla, aunque se ha avanzado en ese aspecto, aún existen productos que podrían recomendar, aprovechando su experiencia y conocimientos.
“Muchos farmacéuticos que se están graduando actualmente están preparados, al igual que todos los farmacéuticos, para brindar consejos clínicos que van más allá y pueden colaborar con los médicos para recomendar ajustes en la dosis después de realizar ciertas pruebas. El reto para los farmacéuticos es demostrar que somos una parte esencial en el cuidado de la salud”.
Contribución con una sociedad más inclusiva
Actualmente, el Departamento de Salud ha dado un paso adelante al requerir que los profesionales de la salud reciban capacitación en temas relacionados. Como Colegio de Farmacéuticos, “nuestra visión y compromiso son ofrecer servicios de salud inclusivos y disponibles para todos, incluyendo a la población LGBTQ+”.
Por lo tanto, se reconoce la necesidad de que los farmacéuticos se capaciten en competencia cultural y sensibilidad para atender a esta población, así como a comunidades vulnerables.